Ya se que hay muchos ni os acercaríais a esta tarta, pero a mi me
apetecía mucho hacerla. En el cole Carla y sus amigos estaban
aprendiendo sobre los gusanos de seda asi que decidí extender la clase
hasta mi cocina. Mi hija es como yo, la encanta jugar con todo, por lo
que hicimos estos pequeños gusanos entre las dos. Había alguno más pero
no llegó a la tarta porque tuvo que catarlos mi pinche oficial, por si
no sabían bien (decía ella).
Nos la comimos en una cena de amigos a
los que tiene enamorados el sabor de la Red Velvet, y de eso la
rellené. No hay manera de hacerles probar nuevos sabores... Pero bueno
también sabeis que esta es infalible...
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